El Cartaya toca fondo en Alcalá ante un rival que le penalizó la cantidad de errores tan indecente que cometió el equipo de Limón

El que avisa no es traidor, dice el sabio refranero español. El Cartaya venía de dos partidos planos, sin ritmo, sin ideas, sin victorias, raro en un equipo con el nivel que tiene. Pues bien, en Alcalá, ante un semejante en puntos pero no en potencial, se cayó de forma lastimosa. Es el sino de este equipo, incapaz de mantener una mínima regularidad, por no decir otra cosa. Cuatro goles a uno en contra y todos los tantos por groseros errores individuales.

El Alcalá, que llegaba temblando después de caer en La Palma, fue un rayo ante un Cartaya que, cierto que tuvo más ritmo que en anteriores partidos, pero que en momentos clave del choque se quedó frenado, lo que aprovechó el rival para marcharse al descanso con un tres a cero a favor que ponía en solfa al equipo, al entrenador y todos aquellos que dicen que la situación está controlada.

Cabe la exigencia, porque esta plantilla cobrar un buen dinero y eso transporta a la obligación. Y hay jugadores que de 19 partidos han jugado tres. Y ya me entienden. Eso es cuestión del entrenador y de la junta, porque no se pueden permitir tantos gatillazos desde que arrancó la Liga.

Limón apostó por Raúl en el lateral derecho en lugar del sancionado Manuel y el chico se equivocó tres veces en ocho minutos, hasta el punto que en ese minuto se marcó en propia puerta. Ya el pasado año fue expulsado en este mismo campo por otro error. Limón sacrificó a Juan López, que venía con más ritmo y así salió la cosa. No hay que matar al chaval pero no era el momento.

Y no fue el único, porque al margen de los que no aportaron nada, que fueron muchos, otros tantos cometieron errores que no son normales en jugadores tan contrastados, casos de Mario, Novoa, Franci Ruiz o Fernando Vaz. Fue un rosario de despropósitos que mandó al Cartaya a la lona en un abrir y cerrar de ojos.

Pasado el trago de la primera mitad, Limón optó por dos cambios al inicio de la segunda parte. Quino por Raúl y Dani Pérez por Souto. Y nada cambió. Y nada cambió por dos cambios no le arreglan la enfermedad al Cartaya. Es cuestión de hambre, de actitud, de concentración, de convencimiento, de que hay jugadores a los que se les exige un golpe de peal y se bajan de la bicicleta. Lo dice la Liga y lo dice más concretamente los resultados de una plantilla que, vuelvo a insistir, cuesta mucho dinero para la categoría.

Antes de marcar Dani Pérez el gol del Cartaya, en el 76, ellos marcaron el cuarto que reflejó lo que fue el partido y el paso de los minutos. Todo esto le esta minando la moral incluso a Bocanegra, que salió como desesperado en un balón dividido porque la cesión no llevaba ni tensión de balón ni de pensamiento. Por cierto, a pesar de los cuatro goles en contra, el portero del Cartaya salvó varias a quemarropa.

Se temía que el equipo se quedara en terreno de nadie a las primeras de cambio y va camino de ello. Queda mucha Liga, cierto. Pero tal cual lo que pasó en la primera vuelta, y lo que se lleva de ahora, la deducción es que este equipo dista mucho de lo que se esperaba de él por el potencial que tiene. Esa es la realidad, por lo que el camino, por mucho que se quiera adornar con flores, es marchito y equivocado. Y son tantos errores ya que nada de lo que sucede es casualidad.Zona de los archivos adjuntos.

Alcalá: De la Fuente (Andrés), Perejón, Morillo, Juanma, Ángel, David (Álvaro), Rubén Rodríguez (Adán), Yeray, Iván Acosta, Edu Brenes y John (Acosta).

Cartaya: Bocanegra, Raúl (Quino), Novoa, Aitor, Franci Ruiz, Mario, Canito (Guille), Fernando Vaz, Pitu (Isaac), Sebas y Souto (Dani Pérez).

Goles: 1-0 m. 8 Raúl en propia puerta; 2-0 m. 17 Rubén Rodríguez; 3-0 m. 33 Yeray; 4-0 m. 68 John; 4-1 m. 76 Dani Pérez.

Árbitro: María José Villegas Navas. Muy bien. Amonestó por los locales a Perejón y Ángel y por el Cartaya a Bocanegra, Novoa, Fernando Vaz, Souto y Quino.

Incidencias: Unos 400 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de Julen.